jueves, 31 de agosto de 2023

 El clima de los entretanto, culminó con el ánimo de los días que vendrían, pasarán desapercibidos los cascos por el cimiento que resoplaba, pero era inerte a los atisbos que un clima turbulento quizo cobijar, así las cosas, el tiempo, las añadiduras, las pláticas, el soplido y los contornos, eran poco importantes, quizá el renacer tomaría más tiempo de lo que un día se pensó, con el rostro recaido, con las manos a veces en los bolsillos, con la capucha de la chaqueta en el caminar despúes del trabajo por el punto en donde pasan todos los días, cientos de almas en el pleno de los motores y las resonancias. Cautivo por el sol y la gravedad que cubre los alientos, contemplando el andar, no hay noción de vuelta, aunque sea el deseo más grande en la vida, en los tiempos, en la verdad que aunque no quisiera ser aceptada, es la parte más recóndita que hace pensar en cada segundo, cómo es que la idiotez se convirtió en pérdida, cómo es que otra vez la "confianza" en los hechos, provocó un resquebrajamiento de las verdades, de los señuelos, de los puntos en los que tanto se quería querer, en esos que no se quería que se alejaran. Así un día desperdiciando el ánimo de los tiempos, se cobijó el término de los términos, como un puntos final, nada de pausas, nada de puntos apartes ni un poco suspensivos, sino, un final desprovisto de la luz del día, en una calle donde tantas veces se caminó, en donde tantos tiempos se comtemplaron, en donde tantos, tantos puntos se conocieron, así se fue y se perdió la sintonía, los puntos, la culminación de un tiempo, dejó los alterados sentidos, como un punto que no podían volver a vivirse, como algo en donde quedan... las fotos.