martes, 10 de diciembre de 2019

Un día de los anteriores tiempos, ciertamente la vida era de distinta manera, un recuerdo, como el que se crea a cada momento nuevo, de variadas longuitudes, el continuar precisa la manera más verdadera; y si obvio la única; continuación del tiempo, en conjunto con la flecha de la termodinámica, caminan en dirección positiva en nuestro plano espacial. Pero ya, eeh, me desvío del tema. La cosa no va porque ya fue y de un instante el saco se quedó en otro dormitorio y el antiguo artefacto de mis padres se volvió insípido. Dijo que era difícil para mi un final como el que pudo haber sido la vez pasada, pero saben, así como lo describe la canción Karaoke de Gustavo Cerati, fue que sucedió y era yo el que no podía regar sus días en la "soledad" de los nuevos tiempos. Me parece extraño que hasta las más extrañas situaciones hayan sido así de reales, que pensaré de mi en un futuro cuando me mire o, vea siquiera algo en mi, algo en cada día del pasado. Ahora voy en la micro, de pies adoloridos y con una foto fugaz de momentos en otro espacio pero en mismo tiempo, un flash que fulminó este atardecer de luna casi llena.

domingo, 24 de noviembre de 2019

En el latente despertar, cuando las maldades de antes ya se habían olvidado, el acertijo hizo otra vez su aparición, entre el primer peldaño de los nuevos días y esa oscura y fría tierra que se quedaba cada vez más desprovista de vida por el despoblado y abandonado interior. Primero de a poco, como decían, segundo en parpadeos como la intermitente lluvia, tercero con altibajos menores y poco a poco, uno menor, pero, un medio más la mitad de un medio, mas la mitad de la mitad de un medio, y hasta un "infinito" posible, nunca llega a dos, no tiende.

Resultado de imagen para serie 1/2 + 1/4 + 1/8
Ejemplo gráfico de lo dicho (Serie armónica)

Entonces se diverge, como se dice en matemáticas. "serie divergente a una serie infinita que no es convergente, por lo tanto la secuencia infinita de las sumas parciales de la serie no tiene un límite", eso dice Wikipedia, tiene una profundidad más allá pero en si es eso.

Primero de la nada, con el segundo ya fue casi un recurso para usar en los momentos menos indicados o en el lugar donde uno gana algo de vida, pero ya ha continuado tercero y haber improvisado tanto ni con tanta voluntad ha producido ese resultado deseado, contornos y contornos, cuando los cerros se ocultan en la noche, y el poco de sol que va quedando solo deja de ver, sus contornos, entre la perplejidad de sus cuerpos, esta parte para a ser una entrada nueva y desconocida para los nuevos, los que vendrán que no sé quienes serán ni, cuántos serán, pero de ser será. Sigo y me enredo, (risa) no era total pero entre todo si ha pasado.
Sin olvida el latente despertar, es que se han pronunciado muchas palabras que sin destino llegaron a nada, y ¿qué les pasa?, problemas en el factor de la comunicación, nada resulta. Eso es preponderante a ser cambiado, comenzar cuando sea posible pero no detener camino. Latente despertar, eso decían y ha vulnerado días y más noches, pero sin números, los días son casi iguales, sin preponderancia entre uno y otro, con caminos antiguos en nuevas caminatas, con pasajes de cambios, que cánticos y proezas han de producir la gran revolución.

La cosa no sé de que va, un enredo entre lenguaje y matemáticas, pero nada concreto ni correcto, entiendo que no entiendo que entiendo.


jueves, 24 de octubre de 2019

Cómo

¿Cómo quitarme del alma lo que me dejaron negro?
La frase de una de las canciones de Victor Jara, personaje de la música chilena, músico de grandes canciones y recordado por su lucha.
¿Cómo?, me decían que es parte de, de este proceso, de esta lejanía, de estos días, de esta cosa que pasa como si se acabara a cada día, la vida. ¿Cómo?, así me pregunto cada día, habían pasado tiempo sin preguntas pero cuando ves cosas que mejor no ver, el alma se dobla, se hace trizas y un polvo en suspensión de va con el viento, ese que no habla ni sabe oir. ¿Cómo quitarme del alma lo que me dejaron negro?, ¿Cómo?, sí ya los días no tienen sentido alguno, el anhelado futuro que pensaba de haría realidad ni es una minúscula parte en mi, roto por dentro, desecho de cada parte de mi, vuelto hacia adentro, retraido y sin alma.
Encima de mi no hay nada ni debajo, ni dentro ni afuera, un cacho de vida vacío en su totalidad, sin buenos ni malos aspectos, sin tono ni ritmo, sin dirección ni sentido, solo roto por dentro.

Esta canción lo describe todo.



jueves, 17 de octubre de 2019

Starless


No aparecen los minutos, solo se van. Esperaba que fuera preciso saber pero ni eso existe ya. Pareciera también que entre los dichos de un pasado, la frase dicha de improviso en el contexto de la lejanía, no ocupaba las frases verdaderas, quizá tocó en ese momento las fibras de una realidad que vivía día a día pero ahora que que veo con otros ojos el andar, he pensado que no fue tan así, que no era yo quien no podía, que era sin embargo una casi mentira del tiempo, donde articulado por las banales improvisaciones, tomé esa frase dicha y me impregné en el alma, pensando que sería yo quien no pudiera vivir así, pero tal cuestión ni verdadera fue. Estuve primeros días desolados y mañanas sin despertar, momentos de antaño recordados por montones e imprecisión medida por esos detalles que cubrían los bordes del cuarto. Cuantos días pasaron y cuantas horas se desperdiciaron con preguntas sin respuestas, con un montón de secretos, como una mañana de secretos. Tenía también en la mente, ese fulgor que quizá como una sumatoria de fuerzas, volvió al equilibrio, volvió a darse de cabeza contra el suelo, pegado escuchando el recuerdo en canciones, en comentarios, en palabras de ires y venires, un momento tras otro.
Sostenía en las manos, el relámpago de fugacidad, con que todo se fue, cuando encaminado por las calles de esta ciudad, sin detener paso terminé en un lugar concurrido, sin alma, y como dice Spinetta: "si quiero me toco el alma, pues mi carne ya no es nada", así mismo, con una fina tela que cubría el interior del ser, señalando las cosas, como si fuera real el desprenderse de una porción de uno mismo. 

Así como le dijo el atrasado al extraño, ¿dónde haz estado?, el respondiendo dijo que había estado allá, acá y entre todo, como si fuera posible el percibir cada cosa.


Sería más explícito pero no es la intención, es un punto de vista, es un tono, es un sabor, es una etapa, un algoritmo que creado de acuerdo a sentencias da una nueva y casi única interpretación de la realidad, que tan alejada veo. Por donde mire las fantasías han de formarse, con el rostro amargo y un pensamiento que tiempo atrás había recibido de conversaciones, diciendo que así sería después y tal como dicho fue, pasó, mirando los pocos rostros de los demás con sus ojos y los rostros de una mente que tanto varía de tiempo en tiempo. No era real lo efímero, fue una lámpara encendida que fuerte de llama pero con poco reactivo para encenderse en esa noche pálida y sin sentimientos.

Hablaba de sombras, hablaba antes de cosas, hablaba de precisión o de ese movimiento que ha dado vida a cada uno, pero ahora inerte y desperdiciados, quedaron esos simultáneos vaivenes , ese motivo y esa fantasía que, en eso se quedó, sin estrellas.

Sombras, solo, sombras.

domingo, 13 de octubre de 2019

Me quedé, me fui y ni sé si ya me resigné. Los días iguales han de ser, no sé como seguir en el camino tenía trazado, esperaba el momento de estar parado esperando el acontecimiento que cobijara cualquier tipo de realidad más allá de lo insignificante que es la que vivo. Por momentos cuando mirando hacía afuera de la ventana veía el grisáceo cielo resplandeciente en el fondo, recordaba tiempos pasados, momentos que me gustaría volver a vivir, sensaciones que encantado restauraría, pero los días ya no son lo mismo, por decir que no son nada, quizá me merezco todo esto, quizá así quedará la vida de ahora en adelante, seco por dentro, maltrecho del corazón, con agujas en mi cabeza, con desgana para todo, deshecho de por si, desarticulados los días que tuvieron sentido, destiño del color que poseía, desdichado, sin el calor de los días, desperdiciado como siempre, descontrolado con el alma en vela, con el alma dentro de un caparazón de carne que ni valor tiene, con tantas desventuras y desprovisto de cada artificio o habilidad requerida, como si estuviera dado vuelta hacía afuera, sin mostrar nada para guardar lo poco que pudiera servir de mi, con un poco ánimo, ¿cómo quitarme del alma lo que me dejaron negro?, eso diría Victor, pero repuesta no hay, lo intentado parece no parecer real, parece que todo fue y se fue, que se fue como se haya ido, bifurcado por las calles que acá paso cada día, desplazado por tantas nuevas cosas que no pude, cosas que simplemente no sé, artículos, palabras, lecturas, calamidades, bares, presiones, infortunio, algo así, una mezcla de nada con toda la totalidad, un poco de esto, y nada de lo demás, incompleto y desganado, con amaneceres iguales, con tardes casi nada distintas, que mitigan el despertar tan vacío, con las caminatas de cada día  a los mismos lugares, nada llama la verdadera atención.Unos 4 días atrás conversaba con un amigo y entendía algunas de las cosas tan banales que le decía, que antes había estado unas dos mesas más a la derecha de donde estábamos, pero en contexto diferente, contexto ya ido, alejado, perdido, y era tan real el hecho....
Insignificante y deambulante, con las manos resecas, el rostro bajoneado, los momentos sin tiempo y esos sueños que ya ni existen en la memoria, nada ni sueños ni esperanzas, ni sueños ni alarmas, ni sueños ni sorpresas.

jueves, 3 de octubre de 2019

De-Pálpito

De-


Desintoxicándose los días del verano nuevo, desafiaban lo se que vendría. Desarmando las antiguas cualidades, formando una densa capa de desdicha y un poco de destino impregnado en los destornilladores que ocupo para abrir el despacho, donde los planos de un diseño nuevo de vida, han de estar. Desafortunadamente para su fortuna, fue que desencadenó un desconcierto en su esencia, un desapego de sus desiertos, para llenarlos de nuevos bosques.


Pálpito


Con tanto que caminar mirando el lote de árboles que cubrían el camino, sin dejar un solo paso al sol, es que se vio detrás un latido sin fin, que recorría el túnel de hojas por el cual transitaba, miraba de lado a lado y un pálpito de lado a lado, como una onda, rebotaba entre las paredes más alejadas de él, el principio y el final. Era la señal que de la cual le habían advertido, la locura en si la misma, por su poder inimaginable y advertencias repentinas. Fue que corrió, fue que se quedó perplejo ante la visión de que el principio y el final le eran cada vez más lejanos en perspectiva y que en su espalda, era perseguido por algo innentendible para su rozamiento tan desprovisto de verdades, no de enseñanzas ni de falta de educación, sino de falta de conocimiento de si mismo, porque al final, entre sus recuerdos de los que nadie podría nunca pudo haber salido de ese pasillo interminable, era que entre la luz de las verdades y una que otra elucubración de sus pares o hasta de esos impares que tanto odiaba, ellos que a diferencia de sus límites, bifurcaban los camino de maneras casi innatas, cosas que no entendía y que desde la antigua verdad de su niñez, que sintió un recelo infundado en las formas en la que los demás, podrían ver el mundo. Le taladraba el cerebro el color del latir, estaba por todos lados, el cielo no tenia parecer, solo una tenue luz verde que nunca completa era, ni tan constante tampoco. El viento soplaba perpendicular a la forma del infranqueable túnel, no había como, el cansancio era penoso ante la distancia inconmensurable que ni un poco de fin se le veía, estaba detrás de él, eso, aquello, ni nombre le tenían de tanto que era su miedo a la particular variación de una "realidad" que, no era tan así, porque recordando más de su antiguedad, fue que anticipó entre palabreo de los demás, un par de frases que decían más o menos así: "todo está en tu mente", "la falsa luz del fondo no es la verdadera salida", "el clima más allá de las hojas, es el tesoro que se nos debía", entonces uniendo un poco de esto, de aquello, y unas cuantas elucubraciones propias, pensó que el mejor de todos los puntos, sería, escalar. Mira arriba de todo antes que el latir funcionara otra vez como el arma destructiva de la cual le habían comentado con anterioridad, entonces entre lo denso del bosque, captar una parte donde entrar era la primera misión y quizá la última de todas las pocas cosas que había logrado en su vida. Miró más adelante unos cuantos metros más allá, entró, el punto de donde miraba, todo, ya se había calmado, nada sucedía a su parecer. Trepar las ramas, entre puntas y un par de espinas, era el logro para, como decían, salir de la totalidad y no regresar. Encamino pique hacia la arboleda, entre rama y rama, rasguño y rasguño, unos cuantos tropiezos y golpes. Todo para observar la verdad. ¿Cuál verdad? Y calló, cayó también, ¿el latir de su corazón no soportó?, no era tan así, un recuerdo de improvisto se le presentó, resistió la primera caída. Un golpe en la cabeza lo aturdió unos minutos, en el piso llenó de polvo y mugre, entre tantas otras cosas que ese bosque les proporcionaba a él y a su ciudad, lo cubrían de momento, cuando lo vio, el latir pasó otra vez por el camino sin fin, era momento de adelantar el camino y subir otra vez, subir y subir, más que antes, pareciera que este camino se la hacia más difícil que antes, estaba más cansado, estaba más violentado, más desprovisto, más aniquilado, más desperdiciado, se miraba a si mismo y luchar con ese sentir y la energía potencial que se requería para poder subir, eran factores que dificultaban la realización de ese, su sueño, su anhelado recuerdo del futuro que quería vivir. Miró las hojas ya cercanas, en el tope del las ramas, donde ya no crecía nada más, donde ya, nada más cubría el cielo raso de la verdad, como le habían contado alguna vez y era de esas historias conocidas por todos los que vivían en aquel lejano páramos entre los cerros y un interminable bosque.
Al salir, ¿qué crees que encontró?, ¿de verdad, una verdad?, como lo quería, ni eso encontró, solo un cielo extirpado de nubes, solo un color marrón tirado a rojo con un punto gigante que se ocultaba detrás de más y más bosques, ahí se dio cuenta que quizá la única manera de atravesar el túnel y a su vez despistar el latir, era vivir en el tope de la realidad que todos omitían por desconocimiento o el simple afán de creer las elucubraciones o realidades basadas en enseñanzas para mentes débiles. No redundó más en eso e instaló sus pertenencias en las copas, tomó unas copas y durmió en el plácido rincón del cuarto en donde se encontraba después de los desastres que ya le habían ocurrido a su planeta.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Provenzal

De hace unos días.
Entonces, si fue un nuevo despertar en el mismo lugar que el de ayer pero no el de ante ayer, el cual fue mi cama. Primero fue una señal de su cuerpo la que manifestó el inicio de un fin que, todos ya habían previsto de miles de maneras pero, aún en la realidad más probable, el dolor retuerce el alma en la pérdida de un ser querido, ser humano o no, entonces miraba desde un rincón el acto en donde su cuerpo era depositado en un hoyo especialmente echo para ella, en un lugar del patio, recuerdo haber vivido esto hace años en casa, pero recordar algo así, entre el silencio de la familia, los recuerdos y un acto fúnebre que dolía en el alma, como un recuerdo inolvidable que se te marcha de las manos por la propia realidad encarándote y sacando de ti eso que tanto, tanto anhelabas, fuera infinito, inmortal, inconcluso, como fuera el contexto de la realidad que tenías.
Después de esto, la ida era cosa de realidad, tenía que hacer cosas, el día a pesar de soleado estar, se tornó de un color pálido, uno que no dejaba mirar bien la realidad, los recuerdos de momentos de abandono, todos se me hicieron presentes, los tenía en la pupila y nada podía sacarlos del primer recuerdo en mi mente. Tenía síntomas de querer volver a la realidad, dejar de lado esas cosas, pero ea inevitable pensar en cada momento vivido así, cualquier tipo de pérdida es dolorosa, desde un poco material a uno sentimental y más, si la familia, el amor y el futuro estuvieron comprometidos en tal afecto.


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De la nada esta sentado en un paradero mirando mis pies tocar el suelo cemento que cubría el lugar, estaba disparando frases en mi cabeza como si no hubiera un mañana, era complicado saber que sería de los días venideros, hubo un cataclismo en mi cabeza, que quebró en miles de pedazos el cielo que se había creado, los manifiestos se vulneraron, fueron transgredidos por las acciones inoportunas de ansías que cayeron delante de mis ojos tiempos atrás, cuando en una pileta de la ciudad, el cosmos se convirtió en un fondo blanco lleno de nada, con un infinito en cada una de las direcciones posibles, momentos después, caminar y caminar, días después, caminar y caminar, ver el tiempo pasar por delante, ver los autos traspasar los caminos, las personas caminar entre la ciudad como si ni existiera, era una redundante verdad que anhelaba pudiera ayudarme a solventar el cataclismo que la realidad manifestó en mi. Fue incomprensible y hasta... no sé muy bien como describirlo, solo sé que se ha esparcido, disminuyendo su fervor pero dejando un ácido sobre la piel, que al evaporarse, quema en el alma. Como dice Spinetta en una de sus canciones, Barro tal vez, así se llama: "... si quiero me toco el alma, pues mi carne ya no es nada..." Es que siento que la carne que tanto me compone, ha dejado de valer un poco, se ha convertido en un nuevo atisbo, y ha logrado dejar de lado toda realidad, mirando el alma dentro de ella, dejándola salir por los quiebres del cataclísmico final. Pues como todo, todo ha de ser solventable con la variable tiempo que tanto nos arremete, si es posible quitar la pintura del mundo y dejar solo un tono de ausencia de color y otro de todos los colores juntos, haría lo posible para poder pintar la vida con las ganas que quedan, quitar el ácido y reemplazarlo por una base, que neutralice las instancias, que las deje de lado, un poco de aquello con un poco de lo otro, es una realidad, está y...






jueves, 19 de septiembre de 2019

Ya ni es

Quizá ni dure lo suficiente o no duela de la peor manera ni tampoco así, duela de esa forma en la que los demás la sientan. Como el calambre a media noche que despierta del sueño en la velada nocturna tan placentera, es que las fuerzas truncan el continuar, comienzan por apretar el músculo de manera deliberada y sin razón alguna del lugar o el por qué de tal remesón en alguna parte del cuerpo. Este inquieto dolor se manifiesta constante en el tiempo, sin perder segundo se aglomera y se queda ahí, cada uno doliendo de manera diferente, con raras formas de doler... pero duele. Sin más, se traspasa en las manos, llega al alma, carcome la funda que envuelve la existencia y, dejando escapar aquel compuesto del que estamos echos, se desinfla la vida con un puñal en su mano, en la mano del calambre que raudo se hace presente en cada instante del día, no manifiesta cambios físicos, sino de dentro, de un lugar inexistente en la realidad pero con un gran espacio dentro de cada uno. El puñal lleno de ácido se carcome al evaporarse, dejando erosionada la superficie de ese órgano que tanto sentía. Sobra el espacio como la presión constante que forma el vacío en algún contenedor, no hay roce, todos cae a la misma velocidad. No es gravedad, es una fuerza palpitante que hace las cosas fluir y llenarlas por lo menos, de algo de temperatura.

Cuanto he mirado el cielo de cada día hasta cada noche, como el color del cielo se oscurece pasando por una gama de tonalidades rojizas que desaparecen en la lejanía del horizonte. Así he visto pasar los días, las noches, los segundos, las mañanas, las horas, el clima, los vientos, la gente, los autos, los partidos en la cancha, los gritos de al lado, las aperturas de la ventana, sus cierres, la paz, el estigma, el agua, el sol, los desvelos, el sueño, los sueños, los escritos, el polvo, las moscas, la ropa, el orden, la entropía, la música, el silencio, las lagrimas, el desapego, las andanzas, las risas, el cuerpo, las visiones, las creencias, la fe, la ganada y la perdida, las hojas, las luces, las tinieblas, el andar, el ejercitarse, el desarmar, la forma de... todo lo que ya ni es.


Sombras diría el antiguo yo... ¿se fueron alguna vez?, solo quizá se escondieron dispuestas a salir de donde siempre, siempre estuvieron, dentro de mi.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Del tope al fondo

Si, así como la canción.
Esta es una versión redactada de un problema que escuché hace unos días después de unos tragos, con un compañero, uno de aquellos con los que no tienes tanta cercanía pero el alcohol, la noche y todo lo que eso conlleva, generan un ambiente de buena onda. Él partiendo por todo, dijo que no debía decir esto, no lo estoy diciendo.
En principio la realidad es que cuando te aproblemas por la vida, es mejor esperar un poco, calmarse y no actuar, pero cuando ya no hay escapatoria, el destino juega inconcluso con nosotros y nos deja desprovistos de tanto que antes teníamos. Pensaba antes que era difícil para mi poder superar los "problemas" que tenía en la vida, pero cuando entre empatía y conversación se liberan un par de momentos, miras de otra manera la realidad, su realidad. Sumergirse en este lago gigante, no nos conduce a ningún lugar, al final salir a flote es lo mejor.
La cosa va en que, su juventud hizo que la vida les fuera grata en varios aspectos, en un pasado donde los pocos años de vida y la inexperiencia en algunos ámbitos no los dejó ver como sería el futuro que, sin darse cuenta igual les llegó. "La gente no cambia, solo mejora su maldad", eso me decía mi profesora jefe en el colegio; y un par de otras frases que me ha servido para poder interpretar cosas que la vida me ha mostrado. Confiado de que él la tendría para toda la vida, fue que siguieron su vida hacía adelante como si nada, continuaron sus estudios y ahora, que ya están a poco de salir, es que los problemas se les han presentado con mayor nitidez. Cuando él me hablaba sobre el tema, fue que se notaba en su rostro el bajo resplandor que el desamor le había dejado, estuvo hablando por algo así como una media hora sobre el problema que se le manifestaba, de cabeza gacha, hombros retraídos, no es que él sea así, es solo que ese drama, le pesaba en el alma y no tenía más que afrontarlo. Dijo haberlo hablado con ella miles de veces pero aún así, nada, siempre quedaban en la misma posición.
Decía también que su juventud les fue algo complicada, donde tuvieron que tomar un par de cuantas grandes decisiones, para poder solventar donde están ahora, entre venirse de su ciudad, hasta tener uno que otro encontrón con la familia. Parecía que estaba todo tan bien, pero él decía que no, les quedaban un par de cosas por terminar y después de eso, ya sabía el final, sus mejores momentos, se le harían una pesadilla sabiendo el final, y sabiendo que todo terminaría de manera tan drástica, doliendo en el alma ese amor que se le iba entre los dedos. Sus palabras abrieron un poco más mis pensamientos por mis tormentos que, en comparación a los de él, estaban un escalafón por debajo, dando a conocer una realidad que tenía un fin ya dicho, uno que el no quería vivir, por sobre el echo de que este tiempo tan preciso algún día llegará.
Salí un rato y volví

Entonces ayer le pregunté sobre el tema y como ya había dicho, era mejor no mencionar esto, se notó más allá que lo tiene a flor de piel y que es algo que perturba esta realidad, que por lo visto, no quería que fuera así, al instante le dije que no diría nada más, y la cosa quedó ahí.

sábado, 24 de agosto de 2019

Dijeron que iba a pasar, que estaba a prontas, que estaba pero que no se sentía, el clima palideció de a poco, un tiempo absoluto, finito y hasta acotable, torturó los momentos.

Espera más y anhelas más, el ansía que falta, la motivación ha de volver a la vida como estuvo un día, no la recuerdo más allá de proximidades, no de años ni de meses, sino de días, el switch inflexivo ha de volverse a cuenta y por tales motivos que no recordaremos, se ha de reestructurar el universo que nos tenía viviendo, ahora multitudes de cosas han de volverse realidad, el entre tiempo de esto a aquello, no sería posible definirlo en tiempo exacto por ahora, pero un estimativo ha de devolvernos en la operación, unos 4 años. Hermano, eso es mucho tiempo, ya..... ya ni voy a tener una idea de buenas notables. ¿otra idea surge?, primero un sustento neto y nuevos horizontes se forman.

-Intento escribir pero un dejo se ha ido, la continuidad fue cortada. 



martes, 20 de agosto de 2019

No será un número

Sucesos de poco sabido, han de pronunciarse delante de los siguientes amaneceres solares, el tiempo ha fluctuado entre la desdicha y la poca forma que estos han tomado. Aún cuando el propósito es calamidad, y las antípodas se han ido, es que se conocen los nuevos horizontes. Un día de aquellos en donde los viajes y los recuerdos han de volver, un día de prodigios poco especificados por ese "método" científico en construcción. Dicen que hay una palabra de dos letra que anteponiendose a cada nueva calamidad o a cada nueva prosperidad, ayuda esta a confrontar las tantas elucubraciones que en la mente humana han de aparecer.
Primero y con el mismo sentido que las agujas del reloj, es que el tiempo se consume, de a pedazos a veces, de a minutos en otras y de segundos eternos también, horas que no parecen nada dicen algunos, depende de esa palabra que hoy, entre malinterpretadas palabras y un poco de humor, fue nombrada, contexto. Distinguía entre esto y aquello, con poca noción de la realidad, pero con grandes aspiraciones en el futuro, dijeron que es seguro y nada pasará, ya se verá un día en las nuevas semanas venideras.

sábado, 3 de agosto de 2019

Drie

Un nuevo tinte desteñido por el tiempo tan real. Insignificante fue el cansancio, no había cabida en el día cuando desmenusado se convirtió en horas y minutos de realidad intensa, de nada, de un poco de revuelta a un poco de... Nada.
Y duele
Duele el alma como nunca había dolido
Duele de todo y duele de ser nada
Duelen los pies del frío y las manos de poco calor
Duelen los ojos llorosos
Duelen los brazos de no poder
Duele y duele tanto

Recostados sin tiempo
Recubiertos de cobijas
Atrapados en los errores que cometí
Sentía una lanza en cada frase y dolía más
No podía
Ni expresar que tenía dentro
Ya me había acostumbrado a no sentir esto y

Como llegada de repente
Imprevisto e inerte
Sin fuerzas quedé.









Sombras, sombras y sombras

viernes, 2 de agosto de 2019

Zwei

Corrían los días, el estrepitoso alarido de los perros en las noches siempre dada la impresión que algo malo estaba ocurriendo o estaba a punto de ocurrir.No habían días en esa semana de tal mal, las sirenas de los siguientes minutos no anunciaban nada bueno de por si, eran de todos los sonidos el que con más clamor ha de querer pasar entre el silencio de la población en donde vivía. El plano de la noche mirado desde la ventana era una calle con una plaza, llena de el frio y ese pasto casi congelado que estas noches de invierno dejaban reposar sobre sus fauces. Comiendo el tiempo la nada se hacía poco, estaba desprovisto dela realidad que los demás sentían, sentado en la mesa como si nada, con nada en la cara ni nada en las manos, la sola vibración del celular apuntaba a que era propicio hacer algo, desarticular las tantas mentiras que habían, desestimar las cuantas pocas verdades de esa noche, eran imperceptible el cambio porque a distancias lejanas no hay mucho que reportar.
El problema del espacio-tiempo es que para cruzar espacio hay que ocupar tiempo, cosa que para nada beneficiosa, degenera ese sentido de realidad, de control que nada permite que se pueda convertir en un tiempo de gracia sin nadie haberlo sabido de sobremanera, porque la intensidad de esta comunicación casi tan evidente ha prolongado y alargado el hecho de que las diversas formas de actuar y hablar, sean cada vez más fáciles pero más discretas.

No hay ideas claras pero hay claros de ideas.

jueves, 1 de agosto de 2019

Eins

De a medias, vestido con la sola camisa a cuadros que poseía, entregaba un poco de si en cada momento pero como persona natural, tenía que resistirse a los vicios de esta, "ingrata" decía, vida que nos toca vivir, era un reproche que no él mismo se creía, conversaba en la casa, solitario entre esas blancas pero oscurecidas paredes como en cada época de lluvias el sol pasa menos y la entrada del sol desde la única ventana del cuarto, se ve interrumpida por las láminas de plástico transparentemente amarillento. Ingrata era una palabra fuerte para semejante vida, donde, al andar, nada ha de faltarle, pretendía ser algo pero nada era, comprendía la nada que era y el arrepentimiento del tiempo ya se iba, venía con vaivenes cada vez más esporádicos, estos no tenían cabida ya, entonces la destrucción llegó, ¿llegó?, fue un cambio, ímpetu que desde la infancia se había soñado, fue un tiempo de más vaivenes, pero de otro tipo, uno justificado, lleno de incongruencias en aspectos que yo, no  he de conocer. Así pasaron unas semanas que se convirtieron en par y medio de meses de un año nuevo, uno de transfiguraciones, de transformaciones, de más y de menos, parte importante el menos que ha de faltar, ese aunque no menor que los demás, importante es y conlleva un tiempo venidero mejor.

viernes, 31 de mayo de 2019

La Careta

Recocido, la comida de días atrás la que ya estaba bastante desabrida fue la que aquel día tocó comer. Eran días de poca dicha, rememorando cosas que ni se querían rememorar, contemplando las nauseas que esa vida provocaba, desvestía mis días entre una nueva mañana llena de nada, una tarde casi ligera, a veces de volar, con lo justo que se tenía en el bolsillo, y unas noches que sin previo aviso vaticinaban el nuevo día que ya vendría, nada distinto al podrido que ya se iba largando, con la tan ingrata verdad que nunca se aceptó, nunca se soltó ni se pudo vulnerar. Al caer la noche y salir de plano por la soledad y el frío, cruzando la ciudad como si nada importara, era que los pensamientos de desvíos comenzaban a surgir. Nacían de la nada, como si siempre estuvieran ahí esperando un atisbo de insurrección para palpitar cada segundo perdido de un día no tan distinto a la perdida. Esperando algo nuevo salían las tardes, prendiendo fuego a las matas, enrolando un cigarro verde que quitaba de la cabeza cuanto tiempo desperdiciado pudiera haber, midiendo espacio y tiempo de manera más desorganizadamente organizada, con altibajos medios, frenados por la nula compañía, por el reproche de cosas que nunca se imaginaron, cosas que tan imposibles eran sin salir del hoyo en el que las noches de cama no habían ni siquiera podido despejar, porque aunque fuera un templo para parejas, parecía más el mármol solitario de una sepultura, seco, llano, plano, sin temperatura, con un frío abrazador y con un blanco que no dejaba ver la verdad. Entonces las tarde ya parecían noches, el cielo oscurecía más temprano y esa tan impactante vida que acontecía más allá del atardecer, vislumbraba lo que siempre se quiso, un por lo menos atisbo de intensa intención, de vida más allá de la nada, de vida más allá de esos días tan fríos, tan poco fluctuantes, parecían rectas en un espacio, con vectores normales, nada más salido de los común. Ni el resalto de las calles o el cielo negro de la tarde-noche atormentaban tanto como el ocupar horas de viaje, por tiempos de simpleza, nada nuevo o nada que no fuera salido de esa "normalidad" que no debió existir, los altibajos son mejores que una influctuante recta que nada y nada por el espacio, sin bifurcarse, llenarte de vida o llenarte de nada, eso se decide.

Después de tanto, las sombras se han ido, dejando un pasado detrás, las sombras no eran en si sombras, eran una retórica casi metafórica de un desdén que ya pasó.

b

viernes, 29 de marzo de 2019

Onomatopeya del maullido de un Gato

Eran días que recordar y rememorar deseábamos desde el momento en que nuestros cuerpos entablaban una distancia ya poco asumible, una distancia que no daría vuelta atrás hasta que nuevos días contribuyeran a que grandes momentos así, se repitieran. Estábamos ante privilegios que no se nos dan todos los días, por eso las ganas de aprovecharlos, de aprovecharnos el uno al otro, eran más incansables cada minuto, solo queríamos alargar la infinidad de nuestro tiempo junto, que fuera infinita la llegada de las mañanas a tu lado, los medios días de desayunos, las tardes de flojera, las tardes de música, las tardes en donde nuestro danzar y nuestra música tan profunda y llena de placer, dejaran al descubierto ese amor que tanto sentimos el uno por el otro. Que fueran interminables los momentos de miradas eternas, cuando tus ojos miraban los míos y tus dedos tocando mi rostro dejaran entrever en tu rostro ese dulzor de tu alma, esa cálida verdad que nada nunca me había dejado ver, como si siempre hubieras estado ahí, detrás de cajas, detrás de bolsas, detrás de una vida que nos unió, una vida que fue significativa, pero que lo fue más, cuando el destino y las estrellas de esa noche algo llena de vino, nos juntaron en un lugar que ya no existe, pero que fue reemplazado por uno nuevo, uno más grande y lleno de tu cosas, donde vives y donde haces tu vida después de días tan ajetreados.
No olvido cada momento vivido de nuestros tiempo juntos, que espero se extienda por el universo, más allá de este tiempo y del espacio que nos circunda, donde las almas se juntan, como siempre dispuestas a estarlo, con vida que vivir y con amor que amar, con ese amor que nos amamos, con ese calor de nuestros cuerpos, cuando el día se convirtió en noche y cuando la mañana se convierte en tarde, todo el tiempo, segundo a segundo.

Porque con cada caricia y cada gesto, descubrí que estoy hecho de ti,  y para ti.