Sobroya

Al igual que la canción, a veces quería días sin alarmas ni sorpresas, sin algo que descontrolara el día, con un calma tan aparente, algo tan esperado, sin nada inesperado. Consecuencias no traería poseer un poco de calma, pero, la vida sin sorpresas, ¿es vida?

Clamaban las ansías, y el apego desaparecía, intertantantos de vida, entre cantidades de minutos y unos cuantos pasajes que no recuerdo sus nombres. Entusiasta subió al transporte, con el destino que definido tuvo desde el día anterior, Sabía que un poco de tiempo podía ser tanto, él sabría bien como lograrlo, como estar a tiempo.  El tiempo pasó de repente, como un flash vió el pasar de los autos frente a él, como un haz de luz la gente, apresurando el paso, pero seguro de mente, encontró el resguardo de la vida en el mismo lugar donde ya había estado, uno tan común para otras personas, pero para él; que sabría que también, sería un lugar concurrido en los días que vengan; no lo era.
Clamaba con ansías los minutos que se iban, clamaba con ansías el hecho de desaparecer, dejar de lado el síndrome de ansiedad, estar más tranquilo por la vida, en el lugar en donde le gustaba estar, donde se acostumbro a estar, donde se quedaría viviendo los días que quedan, las tarde que llegan, los momentos que han de ser infinitos y todo aquello que él, quería de los nuevos días que ya llegarían.

Recknoker
Y Salimos de Las Sombras

400 Antípodas

Increíble es como, increíble es el por qué, pero, ¿Qué es mas increíble?

Distraído quizá, con tendencia al decaimiento y a ser vulnerado. Sin aspectos destacables ni aficiones que seguir. De un tono depresivo y aislado, con sabor a calma y sin experiencias previas. ¿Calmado?, creo que nunca, entonces, ¿Muy activo?, eso no, una combinación de algo, ni lo uno ni lo otro. No es de noche ni será de día, la tarde es tarde y la mañana muy temprano. El oblicuo derecho desviado a la izquierda.

Ya no sería posible describir, no sería imposible hacerlo, sería increíble poder lograrlo. Miraba a las estrellas al salir a buscar los zapatos al auto, y todavía en el cielo negro se podía ver el planeta rojo. No parpadeante como las estrellas del cielo.

¿Entonces? me pregunté, ya tenía un plan listo. Se que no resultará, que no lo lograré, que el tiempo es tan improbable que es difícil saber si las cosas se van a cumplir, los planes no te hacen más que soñar, más que anhelar algo que vendrá, el tiempo es improbable y con esto, lo que vaya a pasar será el improbable al cuadrado.

Dicho y hecho, nada fue como se dijo, nada sucedió como se pensó, y ¿Qué quedó?, nada quedó. Ni la pizca más mínima, ni un consuelo en la mente. Un mundo de sueños e imaginaciones, eso consideraría el mio, nada es total; ¿lo recuerdan?.

Tiempo después...

Ok, bien, demuéstralo. Siéntate, que yo ya me voy.
Supuse que vendría un calmante a la vena, no fue tan así. Solo quería volver al estado de días atrás, cuando quisimos andar sin caminos, por lugares más allá, era difícil revivir algo que no pasa siempre.

Pero honestamente, antes de poner la pegatinas en el marco de mi espejo, comencé a considerar todo eso que una vez sucedió. Quimeras, diablitos y un par de desiertos, eran los artilugios que colmaban mi mente. 
Entonces, ¿que era mas eficaz?, ¿una palabra taladrada día tras día o algo más?


Dormía la noche cuando los antiguos ritos estaban en el porvenir. Conociendo el cielo, se puede saber que la tierra es más absurda, cuando se sabe que desde el aire las cosas más grandes solo tiene un punto de vista, sabiendo que las cosas que han de ser verdaderas, solo se pueden mirar por un lado, ese que todos sabríamos cual es.

Sin un lado malvado, sin un lado bueno, sin un lado que solo sea neutral, la mente se ha dividido como siempre, y el actuar, con los años se va limitando por un lado, anteponiéndose a las cosas.

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