lunes, 30 de septiembre de 2019

Provenzal

De hace unos días.
Entonces, si fue un nuevo despertar en el mismo lugar que el de ayer pero no el de ante ayer, el cual fue mi cama. Primero fue una señal de su cuerpo la que manifestó el inicio de un fin que, todos ya habían previsto de miles de maneras pero, aún en la realidad más probable, el dolor retuerce el alma en la pérdida de un ser querido, ser humano o no, entonces miraba desde un rincón el acto en donde su cuerpo era depositado en un hoyo especialmente echo para ella, en un lugar del patio, recuerdo haber vivido esto hace años en casa, pero recordar algo así, entre el silencio de la familia, los recuerdos y un acto fúnebre que dolía en el alma, como un recuerdo inolvidable que se te marcha de las manos por la propia realidad encarándote y sacando de ti eso que tanto, tanto anhelabas, fuera infinito, inmortal, inconcluso, como fuera el contexto de la realidad que tenías.
Después de esto, la ida era cosa de realidad, tenía que hacer cosas, el día a pesar de soleado estar, se tornó de un color pálido, uno que no dejaba mirar bien la realidad, los recuerdos de momentos de abandono, todos se me hicieron presentes, los tenía en la pupila y nada podía sacarlos del primer recuerdo en mi mente. Tenía síntomas de querer volver a la realidad, dejar de lado esas cosas, pero ea inevitable pensar en cada momento vivido así, cualquier tipo de pérdida es dolorosa, desde un poco material a uno sentimental y más, si la familia, el amor y el futuro estuvieron comprometidos en tal afecto.


-----------------------------------     ------------------------------------

De la nada esta sentado en un paradero mirando mis pies tocar el suelo cemento que cubría el lugar, estaba disparando frases en mi cabeza como si no hubiera un mañana, era complicado saber que sería de los días venideros, hubo un cataclismo en mi cabeza, que quebró en miles de pedazos el cielo que se había creado, los manifiestos se vulneraron, fueron transgredidos por las acciones inoportunas de ansías que cayeron delante de mis ojos tiempos atrás, cuando en una pileta de la ciudad, el cosmos se convirtió en un fondo blanco lleno de nada, con un infinito en cada una de las direcciones posibles, momentos después, caminar y caminar, días después, caminar y caminar, ver el tiempo pasar por delante, ver los autos traspasar los caminos, las personas caminar entre la ciudad como si ni existiera, era una redundante verdad que anhelaba pudiera ayudarme a solventar el cataclismo que la realidad manifestó en mi. Fue incomprensible y hasta... no sé muy bien como describirlo, solo sé que se ha esparcido, disminuyendo su fervor pero dejando un ácido sobre la piel, que al evaporarse, quema en el alma. Como dice Spinetta en una de sus canciones, Barro tal vez, así se llama: "... si quiero me toco el alma, pues mi carne ya no es nada..." Es que siento que la carne que tanto me compone, ha dejado de valer un poco, se ha convertido en un nuevo atisbo, y ha logrado dejar de lado toda realidad, mirando el alma dentro de ella, dejándola salir por los quiebres del cataclísmico final. Pues como todo, todo ha de ser solventable con la variable tiempo que tanto nos arremete, si es posible quitar la pintura del mundo y dejar solo un tono de ausencia de color y otro de todos los colores juntos, haría lo posible para poder pintar la vida con las ganas que quedan, quitar el ácido y reemplazarlo por una base, que neutralice las instancias, que las deje de lado, un poco de aquello con un poco de lo otro, es una realidad, está y...






jueves, 19 de septiembre de 2019

Ya ni es

Quizá ni dure lo suficiente o no duela de la peor manera ni tampoco así, duela de esa forma en la que los demás la sientan. Como el calambre a media noche que despierta del sueño en la velada nocturna tan placentera, es que las fuerzas truncan el continuar, comienzan por apretar el músculo de manera deliberada y sin razón alguna del lugar o el por qué de tal remesón en alguna parte del cuerpo. Este inquieto dolor se manifiesta constante en el tiempo, sin perder segundo se aglomera y se queda ahí, cada uno doliendo de manera diferente, con raras formas de doler... pero duele. Sin más, se traspasa en las manos, llega al alma, carcome la funda que envuelve la existencia y, dejando escapar aquel compuesto del que estamos echos, se desinfla la vida con un puñal en su mano, en la mano del calambre que raudo se hace presente en cada instante del día, no manifiesta cambios físicos, sino de dentro, de un lugar inexistente en la realidad pero con un gran espacio dentro de cada uno. El puñal lleno de ácido se carcome al evaporarse, dejando erosionada la superficie de ese órgano que tanto sentía. Sobra el espacio como la presión constante que forma el vacío en algún contenedor, no hay roce, todos cae a la misma velocidad. No es gravedad, es una fuerza palpitante que hace las cosas fluir y llenarlas por lo menos, de algo de temperatura.

Cuanto he mirado el cielo de cada día hasta cada noche, como el color del cielo se oscurece pasando por una gama de tonalidades rojizas que desaparecen en la lejanía del horizonte. Así he visto pasar los días, las noches, los segundos, las mañanas, las horas, el clima, los vientos, la gente, los autos, los partidos en la cancha, los gritos de al lado, las aperturas de la ventana, sus cierres, la paz, el estigma, el agua, el sol, los desvelos, el sueño, los sueños, los escritos, el polvo, las moscas, la ropa, el orden, la entropía, la música, el silencio, las lagrimas, el desapego, las andanzas, las risas, el cuerpo, las visiones, las creencias, la fe, la ganada y la perdida, las hojas, las luces, las tinieblas, el andar, el ejercitarse, el desarmar, la forma de... todo lo que ya ni es.


Sombras diría el antiguo yo... ¿se fueron alguna vez?, solo quizá se escondieron dispuestas a salir de donde siempre, siempre estuvieron, dentro de mi.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Del tope al fondo

Si, así como la canción.
Esta es una versión redactada de un problema que escuché hace unos días después de unos tragos, con un compañero, uno de aquellos con los que no tienes tanta cercanía pero el alcohol, la noche y todo lo que eso conlleva, generan un ambiente de buena onda. Él partiendo por todo, dijo que no debía decir esto, no lo estoy diciendo.
En principio la realidad es que cuando te aproblemas por la vida, es mejor esperar un poco, calmarse y no actuar, pero cuando ya no hay escapatoria, el destino juega inconcluso con nosotros y nos deja desprovistos de tanto que antes teníamos. Pensaba antes que era difícil para mi poder superar los "problemas" que tenía en la vida, pero cuando entre empatía y conversación se liberan un par de momentos, miras de otra manera la realidad, su realidad. Sumergirse en este lago gigante, no nos conduce a ningún lugar, al final salir a flote es lo mejor.
La cosa va en que, su juventud hizo que la vida les fuera grata en varios aspectos, en un pasado donde los pocos años de vida y la inexperiencia en algunos ámbitos no los dejó ver como sería el futuro que, sin darse cuenta igual les llegó. "La gente no cambia, solo mejora su maldad", eso me decía mi profesora jefe en el colegio; y un par de otras frases que me ha servido para poder interpretar cosas que la vida me ha mostrado. Confiado de que él la tendría para toda la vida, fue que siguieron su vida hacía adelante como si nada, continuaron sus estudios y ahora, que ya están a poco de salir, es que los problemas se les han presentado con mayor nitidez. Cuando él me hablaba sobre el tema, fue que se notaba en su rostro el bajo resplandor que el desamor le había dejado, estuvo hablando por algo así como una media hora sobre el problema que se le manifestaba, de cabeza gacha, hombros retraídos, no es que él sea así, es solo que ese drama, le pesaba en el alma y no tenía más que afrontarlo. Dijo haberlo hablado con ella miles de veces pero aún así, nada, siempre quedaban en la misma posición.
Decía también que su juventud les fue algo complicada, donde tuvieron que tomar un par de cuantas grandes decisiones, para poder solventar donde están ahora, entre venirse de su ciudad, hasta tener uno que otro encontrón con la familia. Parecía que estaba todo tan bien, pero él decía que no, les quedaban un par de cosas por terminar y después de eso, ya sabía el final, sus mejores momentos, se le harían una pesadilla sabiendo el final, y sabiendo que todo terminaría de manera tan drástica, doliendo en el alma ese amor que se le iba entre los dedos. Sus palabras abrieron un poco más mis pensamientos por mis tormentos que, en comparación a los de él, estaban un escalafón por debajo, dando a conocer una realidad que tenía un fin ya dicho, uno que el no quería vivir, por sobre el echo de que este tiempo tan preciso algún día llegará.
Salí un rato y volví

Entonces ayer le pregunté sobre el tema y como ya había dicho, era mejor no mencionar esto, se notó más allá que lo tiene a flor de piel y que es algo que perturba esta realidad, que por lo visto, no quería que fuera así, al instante le dije que no diría nada más, y la cosa quedó ahí.