viernes, 27 de marzo de 2020

¿Cuál es...Uh el trato?

1.- En medio de las diferencias y el plano de la playa, las olas y el ritmo ajetreado que había provocado el tan cercano contexto, despertando hacía la realidad con la noticia, la pérdida fue el factor cúlmine, un punto de inflexión, en el cambio de la concavidad, fue que ya era solo hora de desaparecer, el tiempo quita la vida de los demás con los segundos que se van y los tantos arrebatos que las combinaciones hacen, que producen todo de la nada, que de un momento a otro, todo se va, se nos van, la vida tiene varias partes, pero el final, para el tiempo es la verdad menos esperada por tantos, el añorar cuanta vida, y que todo se vaya de las manos en seguida, complicado es. Se esfumó un alma de este mundo, quizá donde partiría, nadie lo ha de saber. Así fue.
Entre que ya solo quedaba la soledad, el ánimo empático siempre compañero se pone en el lado del otro, así que las cosas también afectan, caminar era la razón, solo se estuvo ahí por el hecho de reunirse, y quedaba ir a casa, las noticias que días después vendrían, por parte del acontecer mundial, dejarían impactados a todos, y la euforia ha de volverse natural. Los días han pasado, nublados de un cambio de mes radical, de tarde largas y llenas de sol, a amaneceres eternos de nubes que cubren la ciudad a toda costa, a veces el sol sale en el horizonte en la tarde, entregando una luz entre amarillenta y naranja, en ese intervalo donde pasa por el final, saliendo de entre las nubes lejanas y escondiéndose detrás la linea que cubre el último rayo del sol. Momentos hermoso, único y en esta época frio, pero a gusto de tan grato espectáculo. Se fue otra cosa más, el tiempo de esa tarde, se terminó por pensar que nada de esto era real, subiendo por la avenida principal, los árboles ya dan atisbos del la nueva estación, pensar y pensar, la música resonar,el sol se va y aún queda por llegar a destino, ojalá la ciudad fuera más grande para caminar y caminar, que nada pase pero solo caminar, que la eternidad de un recuerdo de la capital, se hiciera realidad, una eterna ciudad, aún así la realidad es más placentera y se refugia en lo que es, una gran ciudad.


2.-Ni siquiera número tendría que haber, ni tendría por qué hablar de esto. La verdad es que el sentido nunca está tan pronto para ser visto, que aunque se reme en la marea más alta, esta conduce por donde debió ser, no hay a veces porque luchar sí el gradiente solo lleva a ese momento donde, una "verdad" que era "verdad" antes de una particular "mentira" piadosa que nunca hizo real acontecimiento, como ser el principal en una obra pero ser más incidental que todos, por no haberse revelado el sentido real de la obra, donde se escondían los porvenires, que en tantas canciones ya estaría escrito ese final. ¿Final?, nunca comenzó, ¿cómo tendría un final? Particularmente todo esto parecía tener un futuro, pero no, no fue así.
El desinterés es algo que no funciona. Partir tan pronto tampoco, partir después menos, ¿cuándo es el tiempo?

Tenía más de esta idea por expresar, solo no quiero ser tan explícito, no sirve para que el serlo.

lunes, 2 de marzo de 2020

Antes de todo, el palpitar quería revelar el futuro. Daba saltos en un momento del viaje matutino, fue dejado de lado por el hecho de no encontrar razón al ser, pero cuando pasaron los tiempos y minutos nuevos surgieron, unos tras otros, para dejar ver el por qué, de un aviso premonitorio, un recuerdo del futuro. Cuando la ventana era la única compañía hacia el destino segundo del día, fue que sucedió, se interpretó como un atisbo de ese pequeño tiempo tan remoto, ahí tan cerca pero en la infinidad del universo, más allá de cuerpos celestes, más allá del rojo, más allá del fondo, allá en la situación, la que se perdió en el nido de calles, con una infinitamente corta visión, donde fuera el palpitar, avisaba lo que sería, algún día tendría que suceder y nadie sabría cuando, nadie sabría. Era predecible.