martes, 25 de abril de 2023

De- [2]

 Despacio deambulaba por el desfiladero. Algunos creían que se derrumbaría entre los peñascos, pero más que de pronto, solo diría que dormiría en el dominio de aquel dios de sueños, donde el dinamismo desaparecía desde delante de él, para poder demostrarle que entre los sueños, el denotado demonio de los despropósitos, sería descubierto por el desencadenamiento de ese aletargado proceso de diseño, ese que le otorgaba desvarios, desahogos, desdicha, desánimos, desentrañables recuerdos en el desván donde guardaba los delicados recaudos de los desaliñados cofres, en lo que mirando dentro, desprendían la luz que antes vivía, una que no se había ido de sus dentro, de su densa mente, en donde refugiado del dinosaurio, decían que las vivencias eran parte del pasado, uno que no se olvida, uno que sigue, uno que... ¿dónde quedó?

De-

 Decantado por la desestabilización, el derrumbe combinado con el desapego, convertían los nuevos días en un destino que era denotado por los descubrimientos, por las denominadas desiciones que la vida ha de traer. Denunciado por el viento en el clima dentro del ser, se interpretaban variaciones que desencadenaban altibajos en el demarcado terreno de las desiluciones, como demandas de un decaido, se decían cosas entre las décimas, deberes que se desviaban a desvelar las debacles que en su alma ardían como debilitados árboles el bosque de decálogos. Decorando su tiempo con los decretos de nuevos deberes, decía que era democrático el término en aquel contrato, pero, ¿estos se declinarían por solventar los nuevos y decoloridos decires de la declamación de los "derechos"? Desprotegido y desprogramado, declaró entre su degustar, el dejar o desatar, el desalmado destino que el devenir le traería en sus desaliñado pero decidor deber. Así entonces en las desproporción de la densidad, derecho a lo debido, derrumbó las deidades que desafiaba en su desalentado diario vivir, para así salir de la decepción que el delantero le demostraba en su decadente desastre, como una delimitada pero delgada línea de desalmados, a veces derrotado, otras desproporcionado, otras desaliñado, a veces delicioso, otras como en caídas por sus desabrochados zapatos, los que dejaban el definitorio delirio en el denso décimo de sus deletreos.




Es una sombra, si dejar para el tiempo hace que el sol avance y aparezca el sol o moverse a un lado con su luz, pero solo el movimiento de los cauces harían converger la nueva sesión... una nueva luz

lunes, 24 de abril de 2023

Ojos de luna

 Cúlmine al día, mirando al cielo y casi en su totalidad negro, el brillo de un astro casi en un cuarto del cielo, como un punto espacial, el primer planeta del sistema en donde vivimos, se posiciona raudo como un ápice en el cielo, el cua gira para poder vislumbrar en la noche, las pocas estrellas que se ven en el manto negro del espacio. Junto a esta, está ella, la luna, con su creciente y cambiante tamaño, pero que por estos días, tiene aquella forma de como un gajo, una sección casi circular, como el ojo que se rie, como el ojo que entrega la noción de felicidad, el cual crece, el cual se convierte en una luna llena, despampanante de colores, del brillo que en el día o en la noche, rompen el ardor de la lejanía, para poder aprovechar el camino, mientras se abren cautelosos a un nuevo recorrido, donde la vida se les manifiesta, donde el día se les contempla, donde la noche les espera, aquellas noches de entrega y de luz, de sabores en el actuar, en el anochecer, noches de eterno calor, uno desplegado entre la oscuridad, que siempre imprudente, quita lo que se quiere, quita el verdor, quita las manifestaciones, aún así, el ciclo de aquella luna, con buenos vaticinios, ha de ser el manjar que endulce los días, quizá en su próxima venida, el clima de la noche solo sea... 

(La idea era bastante buena, habrán más con este título)

jueves, 13 de abril de 2023

[1] "Te espero en el fin del mundo"

 Los últimos días, como simil a un paraiso, no han sido, más bien coterraneos a la intransigente reverberación de los sonidos, en los cuales el andar parejo en la ciudad, convirtió el atardecer en un punto cúlmine, donde ante la mirada indecifrable de los demás, solapado a una realidad que no se veía próxima, en el punto donde los brazos se separan, alejados por el contingente de los minutos, se iban como prosas al ser leídas, como antiguedades llenas de polvo en el armario. Era un punto en donde el poco cielo que quedaba de sol, ya se veía opacado por el edificio detrás, y una frase en la mente congregaba a quedarse ahí, parado y viendo como se iba, como se terminaba un parecer, una reciprocidad, un atesorado punto en el contexto. Era sorprendente saber que quizá el fin del mundo se acercaba a pasos agigantados y no era vislumbrado por lo que se tenía en mente, era un punto, quizá eran dos, pero terminaron siendo menos, ni antes ni después, el tiempo solo se quedó quieto, la música fluía por el camino, una canción en japonés corría por los cables y el volumen alto para dejar de percibir lo que había alrededor, bajar de la locomoción, caminar lentamente, con las menos ganas, con las menos de las menos, un punto flaqueó, un punto, ¿cuál punto?, si ya no eso quedaba... No era el fin del mundo, eso espero, no del todo, porque la luz que se veía en el cielo, acercándose cada día más, convertiría a las pobladas ciudades en el polvo del cual las estrellas nacieron, era un futuro quizá evitable, quizá donde de verdad encontraríamos la razón de quedarnos, de querernos, espero sea antes, antes del fin del mundo, antes del fin de nuestro mundo....

El clima de los días posteriores, se alargó con la presencia de las horas extras en el armario del trabajo, donde en las últimas horas alguna inquietud ha de actuar y el día se convertía en la sincera y venidera resonancía de la noche que se acercaba mientras el sol huía trás el horizonte, aunque para estos fines, el clima se sentía de otra manera, con el color del cielo, las nubes sin presencia, el mar de punto álguido, el cielo de tonos naranjas a negros, pasando por el morado y un poco de rojo, como tonos de distancia, como tonos que no se vuelven a ver hasta el otro día, hasta el nuevo atardecer, el que mostraba el firmamento trás el caleidoscopio de los colores de un día otoñal, con el claro del sol, pálido de esta época, con el cantar sin renacer de los pájaros que no descansan, con el andar detrás de un objetivo, un punto de concordancia, un punto... un nuevo punto.


...Continuará

martes, 11 de abril de 2023

 Un nuevo día, acontecimientos como todos los otros, serán pertenecientes a las horas de aquellos que vivimos, pero ya nada es lo mismo, el vacío se acumuló como un sentimiento que pensaba se había ido, como si no existiera más, se fue lo que tenía en la mente, el corazón quedó como un artilugio más de aquel calabozo en donde lo dejaste, se llenará de polvo, quizá quede detrás de cajas, muebles, cosas insípidas que se burlarán de el, haciéndole perder su luz, la que tenía antes desde... quedará pálido entre los verdores, con una capa de indiferencia, como el anticuado objeto que no se necesita más, no adorna, pasó de moda, todo lo pasó la cuenta. 


Sombras, otra vez toda renacer.

lunes, 10 de abril de 2023

Lavado de verdades

 Ayer al parecer a esta misma hora, en el cuarto donde se cocina, el tiempo en un retorcido presagio me hizo ver el retumbar de las lozas en el lavadero. Como clima de introspección, encomendé las manos a realizar tal tarea. Así fue que como un tono agridulce, varios pensamientos aparecieron entre todo lo que hacía, como si el danzar del agua con el jabón en el sentido de deshacer la suciedad, repercutiera en sentirse de un modo nuevo, algo así como una epifanía entre platos y ollas. Sentía un pensamiento que me desbordaba, me alentaba a realizar un par de actos que harían desaparecer otros, pero que han de servir para pronunciar reales convicciones, un nuevo inicio....el inicio de perderlo todo. Como lo pensaba y aseveraba, el clima era tal, de dejar todo, de saber que no era sano, de saber que era... o quizá siempre fue así. Aún en los recónditos pensares, existía el atisbo de contrariedad, el que podía hacer que todo mejorara, con nuevas ideas, con un porvenir. Añadido a esto, un par de puntos de dejar cosas de lado, contribuirían a la tan enunciada, en estos tiempos, salud mental. Recursos que realicé y de los cuales no he tenido noción de su existencia, ni necesidad de su iniciación. Pero la otra parte, quizá, en aquel momento solo la asimilé, la mantuve como propia, pero no veía en lo que a la misma hora del día siguiente ocurriría, hace un par de minutos. El contexto se volvío real, como si los pensares hubiesen trascendido más allá de mi mente, con un vaticinio de pérdida, con una luz entre focos ya apartados, apagados por el vacio flujo de electrones, nada de energía, simples factores, detonantes de todo, denotantes de pérdida, como recursos, sin recursos, como vaciar el vacio, como la porcelana que calló al suelo, e indistinguible por la fuerza, resquebrajó cada parte, cada sentir, cada uno de los puntos, todos, hechos polvo...

¿Cómo fue que el problema pudo desencadenar en todo esto?

Dos canciones con una frase muy parecida
(Im still here) - Pearl Jam
Careless Whisper - George Michael


Quizá debí seguir el destino de hoy en medio de la carretera. donde un pestañar más largo de lo normal, pudo ser el eficaz desenlace de... 

domingo, 9 de abril de 2023

Te recuerdo

Como un soplido en el silencio del alcoba desgarrada, te recuerdo
Como una corriente descargada en el suelo aislante, te recuerdo
Como una sonata en la tonada, te recuerdo
Como un salpicado espejo de sonidos de colores, te recuerdo
Como un cálido amor entre las sábanas infintas, te recuerdo
Como un color de carmesí, despampante, te recuerdo
Como un antiguo verdor entre el prado desolado, te recuerdo
Como un caleidoscopio de canciones tintilantes, te recuerdo
Como un caminar entre los seres del desvariado centro de ciudad, te recuerdo
Como un chocolate de sabores interesantes, te recuerdo
Como un cántico a la vida, te recuerdo
Como un atardercer anodado por sus colores en el arrebol, te recuerdo
Como un tímpano resonando los murmullos de tu voz, te recuerdo
Como una alocada locación, te recuerdo
Como un nuevo amanecer, te recuerdo
Como un admirador indiscreto, te recuerdo
Como una palabra entre los labios que aparece en los momentos de cercanía, te recuerdo
Como una mano en la otra, te recuerdo
Como un añorado silbido entre la noche sin luz, te recuerdo
Como las frazadas llenas de calor, te recuerdo
Como la ropa atraída por la gravedad, te recuerdo
Como las noches de luna, te recuerdo
Como los minutos que miro entre el reloj, te recuerdo
Como mi mente entre los pasajes de la ciiudad, te recuerdo
Como un anticipo de hermosos parajes, te recuerdo
Como una llamada que saca de la soledad, te recuerdo
Como un danzar entre los dichos y las vociferaciones de placer, te recuerdo
Como un camino, te recuerdo
Como quien eres, como quien eras, te recuerdo
Como a ti, siempre, te recuerdo

Como el día de aquella noche en donde, por primera vez nos fundimos en la cualidad innata que el ser despliega, te he recordado muchas veces, a tu lado, en la soledad, en los momentos en donde la vulnerabilidad ataca o donde el sentido se ha perdido, ahí entre la vida y los quehaceres, te recuerdo

Te recuerdo, como prosa de vanidad, como indistinguible armonía, como luz en la oscuridad, como caminar, como danza, como vida, como una alteración de la gravedad, del espacio-tiempo, de la misma realidad, entre el vestido que llevas a veces, con el pelo suelto, con el rápido caminar de tus piernas, con el braceo de tus ojos en el caminar de tu hermosura, así como quien espero poder ver nuevamente, así, te recuerdo. 

Y salimos de las sombras...


Un nuevo ser... en construcción.


El estanque

 Reposado, sin movimiento en sus aguas, sin sones en su superficie, ni un cantar en sus inmensidades, así era el estanque. Desprovisto de lo que necesitaba, o de lo que se creía necesitar, es se formulaban nociones que no llevaban a nada, sentado en el lecho donde no movía sus piernas, solo dejaba irse por el movimiento casi inerte de las fauces de aquel infinito lugar. Cielo, horizonte y superficie, como un todo en una línea que no convergía. dejando desprovisto todo, de un momento a otro, como si nunca hubiera de haber habido algo, era el cementerio donde ni lo muerto, muerto estaba.  Pensando en pasar lo días con los dichos de sus pensamientos, con los actuares de sus movimientos, era que sin ganas, adoptaba una realidad que no tenía cabida, era un simple pedazo de metal en la cadena, el eslabón era mucho, la unión quizá muy poco, solo un intertanto de ese artefacto. Pensaba en la vida, cómo era, cómo se convertía en lo que ahora sentía, como un ser en el estanque, sin avance ni retroceso, sin seguir, mirando el cielo azul, entre lo que venía cada día, entre lo que servía, entre lo que se distinguía por las ventanas, por los coches, por las almas, mientras la música sonaba y sonaba, pero no tenía como escucharla, era un inerte soplido entre todo el movimiento, se sentía desprovisto y vulnerable, con ganas dentro, pero ocultas, quizá a la luz de cierta lámpara, podrían volver a renacer, porque si que estaban, solo que se apagaron, se quedaron como puntos inversímiles entre la dicha y la desdicha, como síntomas de lo que se perdió, como un artilugio colgado en el corazón, el que te quita, el que ciega, el que desgrana el corazón, como un cuchillo maltrecho que saca láminas del mismo, donde cada una, dejando con menos masa, tiene menos en donde antes tenía más.

Se sentía aplastado por si mismo, como un autosabotage del pensamiento, como una artimaña que así mismo se jugaba, como un arma disparada por la culata, como un tiro de boomerang que se devuelve, como el pseudo karma que lo auto atacaba, sensación rara, sensación de culpa, sensación de pérdida, sensación de vacio, sensanción de no tener sensanciones. Un punto en el tono del monte donde el cielo se convertía en, en nada al parecer... estancado.