martes, 25 de abril de 2023

De-

 Decantado por la desestabilización, el derrumbe combinado con el desapego, convertían los nuevos días en un destino que era denotado por los descubrimientos, por las denominadas desiciones que la vida ha de traer. Denunciado por el viento en el clima dentro del ser, se interpretaban variaciones que desencadenaban altibajos en el demarcado terreno de las desiluciones, como demandas de un decaido, se decían cosas entre las décimas, deberes que se desviaban a desvelar las debacles que en su alma ardían como debilitados árboles el bosque de decálogos. Decorando su tiempo con los decretos de nuevos deberes, decía que era democrático el término en aquel contrato, pero, ¿estos se declinarían por solventar los nuevos y decoloridos decires de la declamación de los "derechos"? Desprotegido y desprogramado, declaró entre su degustar, el dejar o desatar, el desalmado destino que el devenir le traería en sus desaliñado pero decidor deber. Así entonces en las desproporción de la densidad, derecho a lo debido, derrumbó las deidades que desafiaba en su desalentado diario vivir, para así salir de la decepción que el delantero le demostraba en su decadente desastre, como una delimitada pero delgada línea de desalmados, a veces derrotado, otras desproporcionado, otras desaliñado, a veces delicioso, otras como en caídas por sus desabrochados zapatos, los que dejaban el definitorio delirio en el denso décimo de sus deletreos.




Es una sombra, si dejar para el tiempo hace que el sol avance y aparezca el sol o moverse a un lado con su luz, pero solo el movimiento de los cauces harían converger la nueva sesión... una nueva luz

No hay comentarios:

Publicar un comentario