lunes, 24 de abril de 2023

Ojos de luna

 Cúlmine al día, mirando al cielo y casi en su totalidad negro, el brillo de un astro casi en un cuarto del cielo, como un punto espacial, el primer planeta del sistema en donde vivimos, se posiciona raudo como un ápice en el cielo, el cua gira para poder vislumbrar en la noche, las pocas estrellas que se ven en el manto negro del espacio. Junto a esta, está ella, la luna, con su creciente y cambiante tamaño, pero que por estos días, tiene aquella forma de como un gajo, una sección casi circular, como el ojo que se rie, como el ojo que entrega la noción de felicidad, el cual crece, el cual se convierte en una luna llena, despampanante de colores, del brillo que en el día o en la noche, rompen el ardor de la lejanía, para poder aprovechar el camino, mientras se abren cautelosos a un nuevo recorrido, donde la vida se les manifiesta, donde el día se les contempla, donde la noche les espera, aquellas noches de entrega y de luz, de sabores en el actuar, en el anochecer, noches de eterno calor, uno desplegado entre la oscuridad, que siempre imprudente, quita lo que se quiere, quita el verdor, quita las manifestaciones, aún así, el ciclo de aquella luna, con buenos vaticinios, ha de ser el manjar que endulce los días, quizá en su próxima venida, el clima de la noche solo sea... 

(La idea era bastante buena, habrán más con este título)

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