miércoles, 9 de diciembre de 2020

 No había mucho resguardo de la realidad, solo se estaba presente en el presente que se nos presentaba, y así mirar y mirar, entre las casas blancas de aquel lugar, con sus para nada pares de diseño, el mar a unos 400 metros, los búhos que cuidaban a sus crías, el clima que cambiante era, sucedía que pensaba en lo que fue, y soñaba con palabras nuevas que entre la arena que nos rodeaba, alguna sumida frase volviera a encender esa llama que antes ardía en el alma, porque en los últimos tiempos, solo atisbos de luz e insurgencias habían sido impulsores de vida, llevando todo a otros planos, a otros lados en donde se podía divisar la vida de manera más "completa" pero que no podían manifestar esos sentires que, ya no estaban por ningún lado. Como si estar no bastara tanto, como que tuviera que haber un pequeño y nuevo diseño de vida, cosas que "cambian" o cosas que mejoran.
Por meros momentos, sentía algo que no sentía, como si fuera posible formarse la idea de que el sentir pudiera salir de manera repentina, pero no, era como cuando hueles un aroma en la calle, pero la mayor parte de las veces, pasa incidental y efímero entre todo lo demás, así mismo era, que sentir o imaginar, era una realidad tan equivocada, tan poco oportuna y que llegaba a ladear las manos para botar lo que se sostenía, como fuera posible, radicalizaba el momento y la escapatoria nunca está a la mano en tiempos así. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario