viernes, 20 de agosto de 2021

Solo dos ideas que no tuvieron la conclusión que quería

1.- Entre que se surcaban con las palabras, unos recuerdos, otros futuros o estos presentes, representados por el tiempo y regalo que este es, sobresalían las realidades de los diferentes asistentes, eran cada una de distinta manera, con detalles que eran evidenciablemente diferenciadores, los cuales contribuían a formarnos a cada uno, como el personaje principal en la historia. Así pues, con el pasar del tiempo, cada línea se formaba con un lápiz de tinta indeleble, de colores estrepitosos, otros cálidos, unos segmentos lleno de colores de vida, otro de colores santos y unos cuantos de colores inmorales, cada versión del arcoíris salido del prisma, cada una retrató con sus tonalidades, el contexto que en estas vivía. 


2.- Calma. El corazón latía un poco más fuerte cuando el pensamiento invadía todo lo que se sentía, calaba hondo, pero ya no era de la misma manera, era un desdén de palabras que recorrían los recodos de un lugar seco, donde las variaciones y esa banalidad de las cosas, colmaba los segundos, que se hacían años, más si las pierna en movimiento estaban, y junto con ellas, la visión de una ciudad de día, que encontraba final en un valle, repleto ya de edificios, de casas, de nuevas construcciones. Centraba la vista en ese paraje tan inmenso y lleno de detalles, en donde pocas veces me había detenido a observar, los sinuosas variaciones que tiene a cada segundo, personas que van y vienen, las nubes arriba, los autos en la carretera, los sonidos que vienen por doquier, y tantas porciones de una imagen gigante. 



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