miércoles, 17 de enero de 2024

 Dudar. En un soplido de ese aliciente que te hace mover el mundo por delante, la visión se ve casi nublada por los atisbos de emergencia que en la mente han de aparecer, como puntos que se conjugan, como esas verdaderas que crees pero que por los acontencimientos de la vida, dudas, hasta de lo más perceptibles, dudas. Pareciera como si fuera verdad que un día las noticias se convertirían en contextos, pero entre las sinuosidades de los términos, las palabras entre dichas, el sabido de la confabulación de las oraciones para dejar al descubierto como es que se refieren a puntos, esos que dejan en claro las cosas, pero de la manera en la que se les dicen, como una especie de elocubración de los decires, para el beneficio del portador, como un punto que solo se deja ver para quien lo desea, no para el interlocutor que está detrás de las puntiagudas frases del más mínimo cañón de disparos, así entre lo que es y lo que "es", la vida se bifurca irremediablemente como un descriptivo pensar. Es tanto lo que se dice y tanto más lo que se hace, como demostrable en las cantidades, ¿cómo?, entre el artilugio de lo que se convirtió en conquista, un esquivo soplido viene a vislumbrar la parte más innegable, como ese punto de antiguos criterios pero de primeras cabidas, así entre lo que hay y lo que "hay", un universo de elucubraciones aparecen en la mente como estallidos de cosas que, nadie puede evitar, suceden porque el interlocutor emisor, las distribuye, las deja así para si, como un soplido que entre el viento se va, como un punto de alegorías que cantan para callados, los detalles de los que nadie, ha de saber.

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