miércoles, 28 de marzo de 2012

Mechoneo: Primera Parte, Universidad.

Un recuerdo que quedara en la memoria de los que estabamos en ese momento, que pocos, no eramos. Era algo que esperabamos con ansias pero que a la vez poco queriamos que pasara, la carrera que estudiabamos, no infringia tener que soportar el "Mechoneo".
Paso tan poco tiempo, unos decian que seria en unos dias mas, otros ni siquiera lo sabian, pero casi todos sospechabamos que ese dia lunes, seria el fatidico dia que nuestras vidas, recien asimilasen por completo que ya eramos universitarios.

Las puertas sonaban, veiamos correr a los de 2do año por el cerro que se ve frente a la sala 204, se sentia un extasis en ellos, algo asi como venganza o solo el jugueteo de algo tan comun, que la sociedad misma ya esta acostumbrada a por un mes casi completo, ver a jovenes mechoneados por las calles, pidiendo dinero para que sus cosas fueran devuetas. Y asi fue como desde pequeños vimos a esos jovenes, ahora nos tocaba la oportuidad a nosotros de vivir esa experiencia que muchsos desean vivir, pero que algunos resignados al "dolor" que esto les pudiese provocar; el cual, por mi parte, digo que no existe; se hacen a un lado, pagando por anticipado un valor mas alto al que cada uno pagara.

Y llego el momento, el extasis se fundio con el miedo y se convirtio en risa, en una risa algo miedosa pero a la vez extasiada de ese aire que se impregnada en nuestras ropas, en forma de suciedad, llamado mechoneo. Empezo el trayecto que algunas horas duraria, deben de haber sido las 10:30 am cuando la profesora entra en la sala y con una sorisa reveladora, no mira y no empieza la clase, se sienten pasos en el pasillo, los que delatan el infringir del 2do año de nuestra carrera que ya nos haria el tipico mechoneo. Fue algo que se veia venir. Nos amarraron por la cintura con una "pita" azul, pasada por el broche de las correas. No teniamos ni zapatos ni chaquetas, ni cosas valiosas que se nos pudiese arruinar. Caminamos con los calcetines unos metros afuera de la sala, cuando derrepente, un alumno, a cada uno, nos empieza a hechar; nose si tinta de lapicera o de plumon; en las bocas. Era una tinta azul, debio ser toxica pero el cuerpo es fuerte y, creo, no hizo daño a nadie.
Seguimos caminando otro par de metros cuando vi salir a mis demas amigos de otra sala en la misma condicion que yo, pense que no los veria, pero no fue asi. Pintaron nuestras caras, hicieron dibujos en ellas, cosas que parecian en parte un desquite, pero que eran opacadas por las risas de los demas, que veian como en cada uno, un nuvo artista surgia y creaba algo unico, algo que mas bien, eran solo unas rayas sin fundamentos.

Seguimos por el camino, no esperabamos lo que vendria, era un sentimiento raro que nos decia que algo malo pasaria, y asi fue.
Un tipo de trinchera, algo asi como de la 2da guerra mundial, pero llena de pescados y barro, era lo que nos esperaba. Pasamos entre los gritos de los demas y el alarido de cada persona que nos decia que debiamos pasar de rodllas, al principio, no fue mucho el caso que haciamos, por ser de los primero que entrabamos, pero ya despues tubimos que hacerlo.
Entre huevos, algo de vinagre, harina y nose que otra cosa, fue que de rodillas pasabamos la sanja, caia de todo. Recuerdo el dolor de un huevo que a mi cabeza fue lanzado, algo que duro horas en ella. Termimos un camino casi interminable, subimos la sanja en medio de la vista de los mas e 120 alumnos que estaban detras de nosotros, el paralelo 3. Seguiamos ahi, parados entre algo de frio y risas por el mirar de los demas y por ver como los amigos en otros lados, se sumergian en ese lodo y cumulo de pescados, para despues salir empapados y hediondos. Fue la primera parte de esa experiencia.
Seguimos amarrados y con los calcetines con una suela de tierra, agura y harina, que compensaba en parte el dolor de estar en un camino de tierra.

No hicieron bailar, a otros comer una "gomita" de una cabeza de pescado, a otros bailar el "caño", cosas que mas que todo, solo causaban risa.

El recorrido por la universidad lo siguio. Y lo peor,es que no fue corto, sino casi sus 3 km, ya que esta univerisadad es algo grande.
Llegamos al lugar inicil y fue ahi cuando comenzo la verdadera travesia de los mechones, el reunir en la calle $8000 para poder pargar la cuota y que nos devolvieran nuestras cosas y asi recien, poder irnos de vuelta a casa y asi poder sacarnos ese edor de pescado y los variados menjunjes que nos hecharon.
Pero eso ya sera parte de la 2da parte; valga la rebundancia diria un amigo.

Recknoker

Continuara

Y Salimos de Las Sombras..

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