jueves, 9 de octubre de 2014

Encima de todo, se nominaba algo, clamaban por no ser rechazados, permitiendose estar sobre ellos, para evitar la contrariedad de los problemas.
Él no llamó de vuelta. Miró la caja verde y solo creyó verse a si mismo, en él no había mucho que perder, era un ser vacio de entra los demás. Nada corroe algo incorroible. Él como acero inoxidable seguía en pelea de por vida, mirando las anecdotas de los demás y pensando en que decir, si nada era la vida que había vivido. Por que pasaba los días soñando en su colchón como sería el mundo afuera de las paredes y el techo de su recamara.
Nada habría de apartarlo de ese lugar, solo el inospito pálpito de algo que llamaba desde detrás de la salida al mundo que no conocía.

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