Nos fuimos devolviendo al pasado, sin mirar algunas cosas, errores de la
vida que cometimos, desee ancianos a jóvenes nos convertimos en un ser
sin vida que sólo podría un día nacer de repente cuando las cosas del
destino vulnerasen cada cosa que teníamos en el presente han incauto y
desprovisto de experiencia, de cosas de la vida.
La bola giraba
sobre la cabeza de los antecesores y cuando miraban de reojo a las caras
de los demás, el miedo les cubría la vida, les despojaba de recuerdos y
de artefactos en tu vida, nada era posible si todo se iba de un lugar
al otro cuando ellos miraban a los demás. Sólo la vida de frente los
contenia, un ánimo los quería hacer flaquear, ser mas iguales y esperar
menos sel de cada uno. La mayoría quedaba fundido por el miedo,
mirándose las caras unos a otros por la eternidad, pero en cambio otros,
sólo mirando al frente, contenían una legitimidad que los hacía
indestructibles, eran poseedores de la verdadera verdad. Un despojo de
la mayor verdad pero regalado en parte para cada uno de ellos. Eso
pensaban los demás. Eso querían ver los demás. Eso anticipaba el
pergamino, eso querían hacer con cada uno. Nadie sería auténtico, todos
iguales y sucumbidos por la mente maestra.
29 de Enero - Otavalo - Ecuador
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