miércoles, 15 de julio de 2020

1.-Desapegado y sin mirar atrás.
    Calma después de todo, cuando ya pasaba un tiempo, suponía en los días de soliloquios, de qué manera se llevarían a cabo varios de los porvenires que quisiera, hubieran sido de otra manera. Con tal de pasar el rato, la calma no se hacía más que alejar, intrascendente entre las miles de variables en las que se construían todas esas casi artimañas idílicas que, como era de saber, nada tenían de realidad. Propuse que sería mejor dejarlas de lado y los comentarios de los demás sectores del pensamiento, comenzaron a decir entre sus dientes, que era de manera correcta el hacer y se unieron al completo fervor de saber que el producto del futuro, sería un quehacer más propio y  no vida en las garras del antiguo precipicio. Entonces como de la nada, maniobras de días y noches, llevaron inequívocamente al acontecer que una vuelta al sol atrás había sucedido y punto de inflexión fue, en la columna vertebral del sentir. "Fue", dijo Cerati, "Nada dura para siempre", dijo Lavoe, y tantos más, las venidas y las idas fluctúan, ondas sinuosas y nada de claridad, se tiene un dato pero se desconocen todos los demás, nada de control, nada de altura de mira, así se perdió. 
Eso.

2.-Esto otro.
    Los días se han ido en mañanas de nuevos días, tardes que se entremezclan con las mañanas, con atardeceres tempranos y una noche que comienza más temprano, no es la mejor época del año, prefiero el verano la verdad, aunque el confinamiento no sería la mejor época para estar encerrados, por decir que este tiempo ha sido grato.  

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