1.- Temor
Detrás del espacio-tiempo, con una abrumadora entrada, el nuevo
predicamento dejó a su paso, verdad y calamidad. Al comienzo con un majestuoso
ímpetu de colores llenando el firmamento con nueva luz, pero simplemente, el
final estaba cada vez más cerca. Lleno de insospechadas consecuencias, con una
expansión llena de fulgor, no de esos que traen consigo buenas noticias, sino
con una fuerza descomunal, desgarrando la tierra, los pastos y en la lejanía,
el estruendo, ese que dejó boquiabiertos a los que tan gratamente desarrollaban
sus vidas, pero que ahora perplejos por el fragor del asteroide, se preguntaban
unos a otros sí sería su fin, viendo arder el cielo entre polvo y cenizas. (112)
2.- Realidad
¡Ay!, así suspirando, cuántas cosas ¿no? El martes 6 estarían todas las
noticias en la normalidad, donde el vaticinio ni parecería acontecer. Se
miraban las caras, lado a lado y la semana entrante como si nada en una vida
cotidiana, vieron que tal artefacto volador surcar sus cabezas, provocando una
calamidad entre la población, tanto que, una cuantiosa cantidad de ellos emigró
por la creencia de malos augurios. Entre tanto el clima cambiaría por unos días
y la velocidad de la normalidad se vería afectada por sin número de nuevos
personajes, conocidos de todos. Artimañas venían de los altos mandos, como
otras veces a los pocos días, de la nada, todo desaparecería. (112)
3.- Desamor
Me enamoré dos veces de un aspecto, que en pseudociencia somete a los destinos a una cruenta realidad, la que ha de comprenderse por astros que habitan las lejanías de nuestra galaxia, quimeras que aparecen por el cielo como puntos en reposo a la distancia inimaginable, y otros que en la cercanía han de aparcar cerca de nuestra realidad con estruendoso aterrizaje. Un artefacto del espacio comenzaba a arder delante de todos, en un cielo rojizo, como ese amor ya no correspondido, que se veía reflejado en la sinuosa cola del asteroide, cuando entrando desde el firmamento, revelaba la verdad que en el fondo sentía, era por los zodiacos distintos. (110)
No son sus nombres, quizá solo una de las interpretaciones.
Recknoker
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