martes, 2 de diciembre de 2014

Estuvo bien.



Está bien. Ya nada podría hacer para que dejaras de perdurar en ese flagelo al cual él te tiene tan amarrada. Quizá el “tal vez” que dijiste aquella noche, solo fue el cumplido de un banal futuro, porque cosas así no se olvidan tan fácil, ni siquiera con el tiempo se aprende a vivir con ellas. Es hasta casi imposible poder siquiera mirarte a los  ojos y darte cuenta de que de verdad estabas mintiendo aquella noche cuando lo dijiste. El cumplido mejor se podría hacer convertido en verdad si solo fueras lo más sincera posible conmigo.
Esa noche después de un par de deciros, de dichos de los demás, solo eliminé una parte de ellos, me quedé con algunos pocos, te eliminé de mi vista, solo quise pasar la noche pensando en no pensar en ti, en solo saber que era yo, en pegar mi cabeza contra la mesa, contra un vaso de alcohol, o contra un cigarro que esa noche acompañaría mi vida. Nada más importaba. Ya había sido vulnerado por ti, y eso me había quedado. Podría haber hablado cosas, pero banas serían si la mente tuya solo tenía entre sus cejas al rehén de tu mente, a aquel hombre que con el mirar de tus ojos, solo te causaba daño, pero ese daño te gusta. Es ese flagelo el que no me hizo avanzar.

Recknoker
Y Salimos de las sombras

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